Avui "penjo" l'escrit i les fotos que m'ha enviat l'amic Xavi, tot un exemple de com es poden superar les adversitats, de com s'ha d'afrontar la vida. És una sort poder tenir un company com aquest al teu costat, dia a dia. Espero que pugui arribar al seu somni ... al Pol Sud i segur que després d'aquest en tindrà un altre de somni ... els que el coneixem, ho sabem ...
Todavía no hace una semana que regresamos de Groenlandia y ya añoro los hielos árticos ;-). Adjunto algunas fotos pero podéis ver nuestro álbum fotográfico completo en:
¿Qué puedo deciros de nuestra experiencia en Groenlandia? Básicamente que ha sido la prueba definitiva de que estamos preparados para el viaje al Polo. En la Antártida pasará lo que tenga que pasar, pero partimos con un gran optimismo, que no es poco.
No obstante, no ha sido fácil. Particularmente afrontaba el viaje a Groenlandia como una verdadera prueba de fuego, con muchos interrogantes por resolver: ¿cómo respondería la prótesis? ¿podría esquiar en el hielo de forma parecida a como lo hacía en la arena? ¿cómo afrontaría el frío? ¿podría alcanzar una velocidad de marcha compatible con la de mis compañeros? ¿sería una carga?
En el fondo lo que necesitaba era convencerme a mi mismo de que era capaz. Desde mi punto de vista, más allá de lo físico y de lo técnico, se trata de una cuestión de fe. Necesitas creer que algo es posible para poder llegar a hacerlo. Yo viajé a Groenlandia con buenas sensaciones, pero sin estar plenamente convencido de mis posibilidades reales en el Polo Sur.
Ahora puedo decir que, gracias a la dedicación de este último año, y sobre todo gracias al magnífico equipo del que formo parte, me siento capaz de afrontar el reto.
No creáis que fue fácil, tuve que luchar contra los fantasmas de la mente. Concretamente, el primer día lo vi negro, muy negro, hasta el punto de llegar a estar plenamente convencido de que jamás llegaría al Polo Sur. Los desencajes inexplicables de la prótesis, los nervios, la novedad de un entorno apabullante, la lejanía de los seres queridos, yo que sé... Tuve que aplicar todo tipo de técnicas de meditación y autocontrol para evitar un hundimiento que visto ahora me parece absurdo y sin sentido. Creo que fue un proceso que tenía que pasar. No llegué a comentarlo con el resto de expedicionarios, no hizo falta, aunque sé que si los hubiera necesitado hubiera tenido todo su apoyo. Al fin y al cabo ¡somos un equipo!
La crisis apenas duró unas pocas horas, y desapareció por completo al anochecer, cuando montamos el primer campamento. Para mi fue básico descubrir que hay confort al final del día. Que, desde el punto de vista psicológico, no se trata de un megareto de 20 días, sino de 20 grandes retos de un día de duración cada uno de ellos. Saber que, por duro que sea el día, te espera descanso y el calor del fuego y de la compañía fue para mi todo un descubrimiento y, desde mi punto de vista, una de las claves de mi recuperación total en ese momento y de
la confianza absoluta que tengo ahora respecto del éxito de la expedición al Polo.
A partir del segundo día y siguientes todo fue maravilloso, fantástico, sin que de hecho se produjera un cambio importante más que en mi interior. De hecho, días después tuve una vivencia que fue todo lo contrario de mi desánimo inicial.
Ocurrió uno de los últimos días, durante la última media hora de la jornada. Ese día me encontraba físicamente bastante cansado, llevábamos casi siete horas de marcha efectiva, y la verdad es que esperaba con anhelo el montaje del campamento. En ese momento pasé a
liderar el grupo y sin ninguna causa aparente me transformé. Guié al grupo a través de un paisaje helado arrebatador tan sólo iluminado por la luz de una luna llena inmensa cercana al horizonte. Me reconocí uno con la naturaleza que me rodeaba y, aunque parezca una tontería, me sentí parte de la nieve, del cielo y de los astros. Simplemente fluí... y a toda velocidad.
Se trató realmente un momento mágico, casi místico, en el que me sentí poseído por una fuerza física y mental sobrehumana. La verdad es que todavía no me lo explico. Fue el momento perfecto, uno de esos destellos de plenitud total que tenemos la suerte de vivir muy de tanto en tanto.
Reitero mi agradecimiento a mis compañeros expedicionarios, al resto del cada vez más numeroso equipo de Pol Sud Sense Límits Obra Social "la Caixa" y, por supuesto, a todos vosotros y vosotras que habéis tenido la paciencia de leer hasta el final ;-).
Un abrazo bien fuerte,
Xavier Valbuena
Pol Sud Sense Límits Obra Social "la Caixa"
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada